El trabajo fue presentado en NS Innovation Latam de Biogen y tendrá gran utilidad para poder detectar patrones de comportamiento y ayudar a lograr mejores terapias
Un grupo de científicos de diversas disciplinas presentaron durante un evento virtual de Biogen, conocido como NS Innovation Latam, un proyecto que puede ayudar a responder la pregunta de ¿qué es la pérdida de memoria y cómo puede ayudar la tecnología para su mejoría?
Fue así como el ingeniero de software, Martín Menchón, dio a conocer un proyecto en colaboración entre la Facultad de Ciencias Exactas UNICEN, la Universidad de Barcelona, y la Universidad de Twente, en el que también participaron Estefanía Talavera, José Massa y Petia Redeva.
El ingeniero explicó que la pérdida de la memoria es un problema muy habitual, que puede ser a corto o largo plazo, con aparición repentina o paulatina, con efectos transitorios o permanentes. “Normalmente, las causas suelen ser el envejecimiento o una lesión en una zona crítica, causada por un accidente o un ACV (accidente cerebrovascular), pero también puede estar relacionadas con la salud mental”, resaltó.
Referente a los tratamientos, Menchón indicó que los mismos se basan en el apoyo de los familiares que acompañan al paciente, junto a la realización de exámenes médicos para determinar el estado de la persona y ciertas medicaciones que pueden ayudar a la mejoría. “Pero también podemos utilizar la tecnología, y en específico el análisis del comportamiento humano”.
Menchón explicó que existen una gran variedad de sensores que permiten “extraer información de la vida de una persona”, como los smartphones, los smartwatchs y los lentes inteligentes. Se trata de grandes aliados que permiten entender le estilo de vida de las personas para ayudar al monitoreo diario de la salud y llevar un registro de actividades. “Todo esto nos permite tener una mejora en las asistencias, en la rehabilitación y la terapia”.
Para ejemplificar el avance de estas tecnologías, Menchón figuró que el primer prototipo de cámaras wearables (vestibles, que se pueden llevar en diferentes partes del cuerpo), surgió en 1998, y en los años posteriores fueron avanzando y disminuyendo en tamaño, hasta incluso poder incorporarse en lentes.
En el año 2013, Google lanzó al mercado el dispositivo de realidad aumentada (RA) Google Glass. El año pasado, Meta lanzó sus primeras smart glasses, los Ray-Ban Stories, que incluyen dos cámaras y permiten la conexión con un smartphone para llevar adelante todo tipo de acciones, desde grabar videos y tomar fotografías, hasta compartir contenidos y atender llamados telefónicos.
Por su parte, Xiaomi lanzó sus lentes inteligentes solo días después que Meta. Además de todas las facilidades de los primeros, la marca incluyó la proyección de información sobre le cristal.
Para la investigación en cuestión, el equipo utilizó cámaras vestibles. Participaron siete personas, que las utilizaron durante un período de 15 días, y se capturaron imágenes cada 30 segundos. En total, se tomaron más de 100.000 imágenes. Así, lograron detectar ciertos eventos que se repiten a lo largo de los días, como horarios de trabajo y ocio. Para lograrlo, realizaron un estudio en el cual utilizaron un tipo de dispositivo especial que ha estado en creciente desarrollo en el campo de la medicina. “Gracias a la mejora de los sensores fotográficos, su tamaño es reducido tamaño para ser incluidas en los smartphones”, y además aumentaron en calidad.
“Con toda esta información recolectada, podemos identificar de modo automatizado diferentes patrones o rutinas. Nos basamos en cuatro aspectos: la detección actividades en las imágenes, los objetos presentes en ellas, los lugares en los cuales se desarrollan, y la fecha y lugar, para ayudar a establecer patrones diferenciados”.
¿Para qué sirve esta información? Entre otras cosas, para “el reconocimiento de interacciones sociales, la detección de rutinas nutricionales, e identificación de momentos relevantes del día”. Así, el método puede ser de gran ayuda para los especialistas: gracias a estos dispositivos, se puede extraer de modo objetivo datos importantes de la vida de las personas.
“Un terapeuta no puede analizar por sí mismo 100.000 imágenes y encontrar una serie de eventos en particular. Con este método, puede tener información sintetizada de lo que está haciendo el paciente, permite obtener métricas del usuario, duración y frecuencia de cada actividad”, puntualizó Menchón en la presentación. Así, se pueden detectar, por ejemplo, patrones de comportamiento de distinto tipo.
Además, detalló, existen estudios que determinan que “la estimulación por medio de imágenes propias de la vida funciona mejor que imágenes no relacionadas” y que esto “puede ser aplicado en la terapia de reminiscencia, que consiste en pensar y hablar sobre los recuerdos o reflexionar sobre el pasado
Toda esta información, capturada por estas cámaras, constituye lo que denominan como “visión egocéntrica”. Se trata de fotos tomadas desde el punto de vista de una persona, como si fuera a través de los propios ojos, a diferencia de las imágenes más comunes, que suelen ser en tercera persona.
El quid de la cuestión es que los dispositivos que existen actualmente detectan diferentes cosas, pero por separado. “Nuestra solución es incorporar todos los datos” para permitir un análisis de las rutinas a largo plazo.