La clonación de datos personales ha dejado de ser una preocupación distante para convertirse en una realidad apremiante que impacta diariamente a empresas y ciudadanos en Chile, así lo informó en una nota Zoom Tecnológico.
La actual sofisticación de las técnicas empleadas por los ciberdelincuentes, sumada a su operación en entornos organizados, evidencia una escalada en la vulnerabilidad de la información digital.
Ante esta situación, Diego Millares, Head de Tecnología e Información de Qibit, señala que nos encontramos ante una «industria criminal estructurada», donde los ataques son cada vez más precisos y las brechas de seguridad, más explotables, con consecuencias devastadoras.
El papel crucial de los Ethical Hackers
Bajo este contexto, los Ethical Hackers emergen como figuras clave en la protección de datos. Su labor, que incluye pruebas de penetración, análisis de sistemas y auditorías de código, permite anticipar y corregir fallos que podrían derivar en filtraciones masivas.
Sectores como la banca, el retail, la salud y la educación son los principales expuestos debido a la sensibilidad de la información que manejan. Por lo que, la falta de protocolos robustos en muchas de estas organizaciones amplifica el daño potencial de una filtración, que trasciende lo económico y afecta la reputación y la continuidad del negocio.
Un aspecto muy llamativo de esta situación, es que Chile enfrenta un déficit crítico de especialistas en ciberseguridad, lo que obliga a las empresas a competir por perfiles escasos y a recurrir a la formación interna o la contratación internacional.
A esto se suma un marco legal en desarrollo, con proyectos como la Ley de Protección de Datos que buscan cerrar las brechas existentes.
Prevención como solución viable en la clonación de datos personales
En un entorno donde un simple correo electrónico fraudulento puede desencadenar una crisis, la proactividad se erige como la estrategia fundamental. Mientras el marco legal avanza, las empresas deben priorizar la seguridad digital para salvaguardar sus datos y la confianza de sus clientes.
Es por ello que entra las medidas que deben ser fundamentales en estos entornos son: la educación y concientización como pieza angular para la prevención de estos casos. La implementación de tecnologías de seguridad robustas como firewalls, sistemas de detección de intrusiones y software antivirus actualizados, así como cifrado de datos sensibles y copias de seguridad periódicas, ya que de esta manera se podrán asegurar los datos de las empresas.
La gestión de vulnerabilidades, bajo la realización de pruebas de penetración (pentesting) y auditorías de seguridad periódicas, actualización constante de software y sistemas para corregir vulnerabilidades conocidas y monitoreo continuo de la actividad de la red para detectar comportamientos sospechosos también serán una excelente forma de prevenir estas ciberamenazas.
La colaboración entre el sector público y privado, junto con la inversión en formación y tecnología, resulta esencial para fortalecer la ciberseguridad en Chile y proteger a ciudadanos y empresas de la creciente amenaza de la clonación de datos personales.