Los protocolos y arquitecturas de Alta Disponibilidad de los Datos aseguran la continuidad operacional de las empresas
Para las empresas cuyas operaciones están basadas en ecosistemas digitales, la cadena de valor completa se sustenta en los datos, su potencial de transformación y la capacidad de disponer de ellos sin interrupciones que entorpezcan su funcionalidad.
No es sorpresa para nadie que en la era de la digitalización los datos se han convertido en pieza esencial y en los motores para los negocios. Es por este motivo que, según afirman expertos en el área, con los datos en el centro todo lo demás está dispuesto para protegerlos, procesarlos y, finalmente, rentabilizarlos.
Un estudio del Boston Computing Network afirma que la importancia crítica de los datos llega a tal nivel que, entre las empresas que los pierden por algún motivo, un 60% tiende a cerrar dentro de los seis meses posteriores al hecho; en incluso, un 93% de las compañías que sufrieron ataques a sus Data Centers durante 10 días o más, se declararon en quiebra durante el año siguiente a la caída.
Por este motivo, es de suma importancia para la subsistencia de los negocios poder contar con protocolos y arquitecturas de alta disponibilidad (High Availability, HA) para así asegurar el manejo y la gestión del ciclo de vida de los datos, desde su creación, captura, almacenamiento, procesamiento, análisis, uso y aplicación en acciones que generen ingresos monetarios.
A pesar de esto, muchas empresas no cuentan con la infraestructura digital que se requiere para garantizar la disponibilidad de los datos y el acceso a este recurso de manera ininterrumpida.
Martín Vela, gerente Regional de Hitachi Vantara América Latina, afirma que los protocolos y estrategias de alta disponibilidad deben garantizar la integridad de los datos en su máxima expresión y durante todo su ciclo de vida.
“Esto implica un recorrido que va desde capturarlos, almacenarlos y protegerlos, enriquecerlos para extraer su potencial, activarlos para determinar en qué serán utilizados, y monetizarlos para crear ofertas y servicios innovadores, que generen ingresos y ventajas competitivas. Establecer una efectiva escalera de valor de los datos requiere que el fortalecimiento del ecosistema TI on premises sea un proceso constante y sostenido”, declaró Vela.
Es así que disponer de los datos sin interrupciones implica la configuración de sistemas de alta disponibilidad basados en dos componentes: principalmente, aquel que está dando el servicio con alta disponibilidad y, luego, el que es similar al anterior para ofrecer el mismo servicio en caso de una contingencia.
Ambos deben ser similares en cuanto a características para que el usuario no experimente caídas del sistema y pueda seguir usándolo de manera continua.
La disponibilidad se expresa como un porcentaje, que indica cuánto tiempo de actividad se espera de un sistema o componente en un periodo determinado; donde un valor de 100% indica que el sistema nunca falla. Por lo tanto, si un sistema garantiza el 99% de disponibilidad en 1 año, significa que el 1% restante implica un tiempo de inactividad de 3 días con 15 horas.
“Cuando no se cuenta con un alto nivel de disponibilidad, el impacto en los datos no es el único problema, también se ven afectadas áreas operativas y comerciales con la pérdida de oportunidades de negocio, captación, posicionamiento, venta, y además se ve profundamente impactada la experiencia y confianza de los clientes y usuarios”, dice Vela.
Actualmente, la exigencia a la que están sometidas las empresas que basan sus negocios en ecosistemas digitales y que necesitan garantizar la disponibilidad de los datos y el acceso a estos de manera ininterrumpida, ya no puede satisfacer solamente con la programación periódica del respaldo de datos (backup), ya que solo permite disminuir las brechas de protección a límites que, de todas maneras, pueden propicias caídas operativas.
Por este motivo, las empresas que se desempeñan en industrias que exigen Alta Disponibilidad de datos, deberán ser capaces de incrementar constantemente su performance y flexibilidad, a través de infraestructuras digitales propias cada vez más robustas y estables.