Una cápsula que inyecta fármacos diractamente en la pared del estómago podría usarse en un futuro cercano para poder administrar medicamentos a las personas que tengan aprensión a las agujas.
No es sorpresa ni novedad para nadie que algunas personas prefieren mil veces una píldora que una inyección, pero esto no cambia el hecho de que ciertos fármacos tan solo son eficaces cuando se administran por medio de una inoculación con aguja. Con la finalidad de darle una solución a este problema, bastante común; Ulrik Rahbek, perteneciente a la compañía farmacéutica Novo Nordisk en Maaloec en Dinamarca; Giovanni Traverso, del Instituto Tecnológico de Massachusetts en Cambridge y sus colegas han diseñado una pequeña cáosula que combina lo mejor de dos mundos, esto según información publicada en la revista Nature Biotechnology.
La cápsula de 15 milímetros con forma de huevo puede contener hasta cuatro miligramos de medicamento líquido. La cual, una vez ingerida, se asienta en el estómago y gracias a un peso en su base se endereza automáticamente. En tan solo unos minutos los fluidos propios del sistema digestivo disuelven un dránulo que recubre la aguja en la parte superior de la cápsula. Esto desencadena la inyección del medicamento en la pared del estómago, donde se absorve. Seguidamente, la aguja se retrae para que el dispositivo pupeda eliminarse de forma segura a través del intestino.
Algunos experimentos realizados con cerdos han demostrado que la píldora puede administrar fármacos como la insulina y los anticuerpos monoclonales, suministrados generalmente mediante inyecciones. El siguiente paso es probar la cápsula autoinyectora en humanos.